Querer, que palabra tan ambigua en tantos sentidos. Queremos tantas cosas en nuestras vidas que perdemos la cuenta... Queremos esa casa, queremos aquél coche, queremos a aquella mujer.... pero cuando de verdad te paras a pensar lo que significa querer algo... más concretamente quere a alguien te das cuenta de muchísimas cosas importantes.
Una de ellas es que querer no significa esperar continuamente algo de la otra persona, estar esperando que esa persona sea como tu necesitas que sea. Eso no es querer. Querer es desear a esa persona a tu lado tanto si su estilo de vida encaja con el tuyo como si no.
Querer es pensar en la otra persona y no pensar en ella antes que en ti mismo sino pensar como uno solo... pensar como un tu y yo es un error. Querer es pensar en un continuo nosotros.
Querer a alguien es ansiar compartir hasta el aire que respira, sentir las sensaciones que experimenta, emocionarse con los sentimientos que expresa, alegrarse de sus logros y apenarse y consolarla en sus fracasos.
Querer de verdad es lo mejor que te puede ocurrir pero sin duda hay algo mejor, y es que te quieran de verdad a ti. Sentirse querido. Arropado cada noche, mimado cada mañana, deseado cada madrugada.
Querer es hablar hasta que no te quedan fuerzas, aguantar las borrascas y disfrutar los anticiclones, escalar esa montaña gigante que es la vida agarrados de la mano y con el nosotros por bandera para clavarla en la cima de nuestras afortunadas existencias juntos. Esto es lo que para mi es querer.
Para mi querer es como lo hago contigo.
Como lo hacemos NOSOTROS.
Te quiero.
