sábado, 29 de marzo de 2014

IV Churriana (1 parte de 2)

IV Churriana.

Los primeros rayos de luz entraban por los huecos que había entre cada tablón de madera que apuntalaban la ventana de la habitación y como cada mañana desde hacía tres días se desperezo, y tomó un pequeño sorbito de agua ya que debían racionarla en exceso, empezaba a agotarse y no sabía donde conseguirían más.

Las noches desde que llegaron como pudieron se habían hecho eternas escuchando el sonido de los pies muertos y podridos arrastrándose por las calles y los gruñidos que en ocasiones alguno emitía hacían que fuese imposible conciliar cualquier tipo de sueño. Aunque se las había ingeniado para hacer unos pequeños tapones para los oídos con algunos bastoncillos que había encontrado pero no eran suficientes para todos y solo tenía para una persona así que unánimemente decidieron que los llevase el niño, que dormía plácidamente en la cama mientras el mundo a su alrededor se desmoronaba, ¿qué clase de futuro le esperaba? ¿Un mundo en el que habría sólo que sobrevivir a los muertos? Era tan inocente ahí dormido igualito a su padre, la misma postura al dormir, los mismos ojos y la misma nariz, le recordaba tanto a su padre que no pudo evitar que una lágrima cayera por su mejilla. Maldijo el momento en el que decidió salir de casa y maldijo el instante en el que su hijo se coló sin que se dieran cuenta, cuando lo hicieron ya era muy tarde.

Los suministros que habian traido se agotaban, no eran suficiente para 3 personas adultas y un niño, habían usado el agua de las cisternas de los pisos aledaños y los habían saqueado en busca de alimentos sin demasiado éxito, más bien se llevaron una sorpresa al tener que apalearle la cabeza a la vecina del primer piso, o lo que quedaba de ella ya que le habían comido media cara, con una antigua raqueta de tenis hasta que dejo por fin de moverse. Calculó que tendrían agua para aguantar solo ese día y que con la comida podrían aguantar un par de días más. En definitiva estaban bastante mal y estarían peor si no hacían algo, pero sus padres eran demasiado mayores y su hijo demasiado joven para salir ahí fuera, y ella sola no estaba segura de si podría con dos de esas cosas al mismo tiempo, destrozar un cráneo con una raqueta de tenis antigua de madera era bastante complicado pero aun así tendría que hacerlo si no morirían de sed y de hambre antes de que alguien que no fuesen los malditos muertos se diesen cuenta de que seguían ahí vivos.

Habló con sus padres esa misma mañana, lo había planeado todo, saldría de inmediato e iría al edificio de enfrente cruzando la calle, una vez allí forzaría las puertas como su padre, cerrajero de toda la vida, le había enseñado a hacer con una radiografía y algo de maña, solo esperaba que los dueños no se hubieran preocupado de cerrar las puertas con llave ya que no podría abrirlas y no tenía ni las herramientas ni los conocimientos para forzarlas. Pero era lo único que podía hacer para tratar de sobrevivir unos días mas así que lo dispuso todo y vigiló la calle durante un par de horas hasta que estuvo ligeramente mas despejada de muertos, ahora solo vagaban unas dos docenas repartidos por la avenida principal del pueblo, podría correr hasta el portal esquivándolos y no correría ningún riesgo si era lo suficientemente rápida.

— Es el momento. — le dijo a sus padres, les dio un abrazo instintivamente y besó a su hijo en la mejilla mientras dormía, si la veía salir correría a buscarla y no podía permitir ponerle en peligro por segunda vez.

Abrió la puerta de la casa y la cerró tras de si, un rellano vacío y oscuro la recibió como una sombra tenebrosa pero no había lugar para el miedo, se trataba de la supervivencia de lo que mas quería en el mundo, su hijo, y la de sus padres, todos dependían de ella, bajó los dos pisos que la separaban del nivel de la calle y llegó hasta la puerta principal del edificio que estaba convenientemente cerrada, agarró con fuerza la raqueta en una mano y la radiografía que la ayudaría a abrir las puertas con la otra, sabía que el portal del edificio de enfrente estaba abierto pero no había visto ningún  muerto entrar así que se dispuso, respiró hondo y abrió la puerta que hizo un ruido mucho mas sonoro de lo que recordaba y casi todos los muertos repararon en ella lo que complicaba mucho las cosas, instintivamente corrió hacía la puerta del edificio al que debía ir zigzagueando entre cuerpos muertos que trataban de devorarla viva y convertirla en uno de ellos, uno con la cara parcialmente quemada casi le alcanza a unos metros de la puerta del portal aunque al final consiguió llegar, entró al frío y poco iluminado portal y cerró la puerta lo más rápido que pudo, gracias a Dios no estaba rota y se quedaría cerrada si no tendría un grave problema. Había acordado con sus padres que mirarían hacia la puerta hasta que entrara y después ella les haría una señal desde la primera casa en la que pudiese entrar, así que la primera parte del plan ya estaba completa pero necesitaba un respiro así que apoyó su cabeza en una de las paredes del portal y tranquilizó su respiración y su ritmo cardiaco todo lo que pudo y cuando se hubo calmado se sentía dispuesta a empezar a saquear las casas vecinas, se dio la vuelta y allí se encontró a unos escasos cincuenta centímetros aquél rostro muerto con una enorme herida en el cuello que habría matado a cualquier persona normal pero allí estaba, animado por alguna extraña razón. Antes de que ella pudiera hacer algo aquel monstruo hundió sus dientes en su cuello lo que le provocó el mayor dolor imaginable, veía su sangre salpicar mientras intentaba quitárselo de encima a toda costa, aunque notaba como cada vez tenía menos fuerzas, sentía como a cada milésima de segundo que esas fauces la devoraban se le escapaba un halo de vida y en sus pensamientos antes de cerrar los ojos para siempre solo veía a su hijo, y mientras sus párpados se terminaban de cerrar oyó el ruido lejano de una sirena, de una ambulancia, no estaba segura, pero ya no importaba por que ya estaba muerta y en unos minutos se convertiría en un muerto mas que caminaba sobre la tierra.

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